La cáscara de huevo es lo suficientemente fuerte para proteger al pichón y permitir que lo rompa para nacer. Nuestro corazón necesita ser fuerte, pero no demasiado duro porque si no nos impedirá recibir la nueva vida que Dios quiere darnos.

La cáscara de huevo es lo suficientemente fuerte para proteger al pichón y permitir que lo rompa para nacer. Nuestro corazón necesita ser fuerte, pero no demasiado duro porque si no nos impedirá recibir la nueva vida que Dios quiere darnos.
