Algunos usan un crucifijo para que les vaya bien, como un amuleto de la buena suerte. Pero no sirve de nada. Al contrario, a Dios no le agrada que pongamos nuestra confianza en objetos, en símbolos, en vez de buscarlo a Él.
Para ser felices, que las cosas nos vayan bien, o sea, para ser bienaventurados, tenemos que obedecer la Palabra de Dios (guardar sus testimonios) y buscar a Dios de todo corazón.