Hay muchos falsos maestros. Unos se basan en filosofías humanistas, otros en tradiciones, otros en falsa espiritualidad e incluso algunos son influenciados por demonios. Es lo que Pablo estaba enseñando en este capítulo de la Biblia.
Aunque parecen buenas, si analizamos estas enseñanzas a la luz de las Escrituras vemos que algo anda mal. Por ejemplo, sabemos que los ángeles existen y pueden ayudarnos, también traernos mensajes de Dios. Pero la Biblia enseña claramente que no hay que adorarlos: Mateo 4:10, Apocalipsis 19:10 y Apocalipsis 22:9
Si hacemos caso a estas doctrinas erróneas, perderemos las bendiciones de los fieles: el gozo de la salvación, la verdadera paz que da Jesús, la revelación del Espíritu Santo y tantas otras.
Por eso tengamos cuidado a quién seguimos.