En otra versión (PDT) este versículo dice: «Elevaste una bandera para los que te respetan, para que vuelvan a encontrarte y así poder evitar los arqueros del enemigo».
Estamos en guerra espiritual. Las flechas del enemigo pueden atacar nuestro cuerpo (enfermedades) o nuestra mente, con miedo, duda, vergüenza de confesar que somos cristianos, sentimiento de soledad, sensación de que perdemos el control de nuestra mente, etc. Pero si tememos a Dios, o en otras palabras, si lo respetamos, él nos da una bandera para que la levantemos. Así la gente sabrá dónde está la verdad. El que corra hacia esa bandera volverá a encontrarse con Dios, ya no habrá más dudas ni temores, él nos dará fe para «apagar todos los dardos de fuego del maligno» (Efesios 6:16).