Dios es el que hace las leyes, el que las aplica y el que juzga ¿Quién mejor para ayudarnos? Él puede dictar leyes favorables, aplicarlas con misericordia y juzgar teniendo en cuenta todos los atenuantes.
Aprovechemos ahora que es el tiempo favorable, para buscar a Jesús como nuestro salvador. «Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.» (2 Corintios 6:2). No esperemos para más adelante, porque puede ser que no tengamos oportunidad de arreglar cuentas con Dios. No sabemos cuándo Jesús volverá a buscar a su iglesia ni tampoco el día de nuestra muerte.