
Si ponemos en un vaso agua salada y le agregamos agua dulce, toda se vuelve desagradable. No podemos alabar a Dios si usamos nuestra boca para criticar o lastimar a nuestras hermanas y hermanos que fueron creados a imagen de Dios.
Si ponemos en un vaso agua salada y le agregamos agua dulce, toda se vuelve desagradable. No podemos alabar a Dios si usamos nuestra boca para criticar o lastimar a nuestras hermanas y hermanos que fueron creados a imagen de Dios.