Hay muchas falsas doctrinas que quieren arrastrar nuestro corazón y nos hacen dudar: ¿Es cierta la doctrina de la prosperidad? ¿La salvación es por fe o por obras? ¿Es bíblico el diezmo? ¿Es necesario congregarse? Mantengamos firme nuestro corazón en lo que hemos creído y probado por las Escrituras.
