A veces usamos un intermediario: ya sea el pastor, un hermano de confianza… Pero qué gozo cuando clamamos con nuestra propia voz y recibimos respuesta directa del Padre ¡También a nosotros nos oye! Lo sabíamos, pero necesitábamos probarlo.
A veces usamos un intermediario: ya sea el pastor, un hermano de confianza… Pero qué gozo cuando clamamos con nuestra propia voz y recibimos respuesta directa del Padre ¡También a nosotros nos oye! Lo sabíamos, pero necesitábamos probarlo.