Hechos 16:25 nos cuenta que Pablo y Silas estaban presos por predicar de Cristo y liberar a una mujer endemoniada que tenía un espíritu de adivinación. Cualquiera en su situación estaría quejándose a Dios o lamentando. Pero ellos cantaban… Y los presos los oían. ¿Qué tenían que podían cantar en esos momentos? ¿Qué perdimos que ya no se escuchan cantos para Dios en la noche?
Cuando Dios escuchó a esos hombres de fe cantando alabanzas, mandó un terremoto. Todas las puertas de la cárcel se abrieron y se rompieron las cadenas. Pero el mayor milagro fue que el carcelero pudo entregar su vida al Señor junto con toda su familia. La ley marcaba que si los presos se escapaban, los que los vigilaban debían pagar con sus vidas, así que Dios hizo otro milagro. A pesar de que todas las puertas se abrieron, ningún preso se escapó.
No dejes de alabar a Dios cualquiera sea la circunstancia. Él oye. Él se agrada de los que le cantan y no pierden el gozo, sabiendo que Dios no los defrauda.
Oasis Ministry – Pablo & Silas (Hijos Live) Feat. Grupo Barak