Tenemos un Dios que nos trata como hijos, que está pendiente de nuestras necesidades, que nos conoce bien y nos da lo que necesitamos en el momento justo. Pero… 😒
Muchas veces preferiríamos que no nos conozca tan bien. Quisiéramos ocultarle nuestros defectos😇, para no sentir vergüenza 😔. O hacerle creer que esta vez no le vamos a fallar💪🏻: mentirle como nos mentimos a nosotros mismos 😭. Tal vez, nos gustaría poder manipularlo con nuestras lágrimas o sonrisas 🥺🥳. Pero Dios nos conoce demasiado bien. Sabe cuáles son nuestras verdaderas intenciones, hasta dónde podemos llegar y cuáles son nuestras mentiras más grandes, esas que nos creemos sin cuestionar y nos hacen tanto mal. 🤕
Tranquilo. No hace falta mentirle. Aunque conoce hasta nuestros errores más inconfesables, nos ama y está dispuesto a perdonar TODO.
No vayas a buscar un ídolo muerto, un sustituto de tu Padre Todopoderoso. No cambies un Dios cercano por consejos humanos, suerte, cualquier otra cosa ¡Busca al que desde hace tiempo está esperando para ayudarte! Hazte amigo del que no falla, de este Dios cercano.