Cuando dejamos a Dios siempre nos va a faltar algo.
Las cosas que elegimos para llenar ese hueco en el corazón no sirven, al contrario, nos hacen mal ¿Qué tiene que ver la superstición con la fe verdadera? ¿Y el placer con el gozo que da el Espíritu Santo? ¿Puede el conocimiento humano guiarnos mejor que la sabiduría? ¿Con qué podemos reemplazar la paz que nos da Jesús? ¿Y su amor?