No me gusta meterme en política, especialmente porque no suelo estar lo suficientemente informada para opinar. Pero el Señor me viene insistiendo en que debo abrir los ojos a su pueblo. Porque nuestro enemigo es astuto, tratará de desviar nuestra atención hacia otros temas, para que elijamos gente que se va a dejar influenciar por el diablo una vez que llegue al poder.
Dios me hizo recordar que cuando eran las elecciones presidenciales, en el grupo de intercesión orábamos para que nos guíe para votar. Entonces nos dimos cuenta que ya era tarde para que el Señor pusiera candidatos de acuerdo a su corazón. Teníamos que clamar con tiempo, para que preparara el camino para que sus hijos tomaran esos lugares estratégicos. Así lo hicimos.
Hoy el pueblo evangélico está saliendo a dar batalla, no solo en el ambiente espiritual, sino también en la política. Seguramente los candidatos tendrán defectos, pero se guían por valores cristianos y ¡no le va a resultar tan sencillo al enemigo corromperlos para que hagan su voluntad!
Antes de votar pensá. Sabemos que existe un mundo espiritual. Hay solamente dos bandos: luz y oscuridad, el Padre Celestial y el Padre de Mentiras, el que quiere nuestro bien y el que quiere destruirnos. No seas ingenuo, votá con inteligencia.