Dios es sabio y te conoce bien. Si te plantó acá, es porque sabe que en este momento, es el lugar correcto para ti. No va a dejar que te seques. Aunque parezca que no es un buen lugar, que hay mucha competencia, que no te alimentas bien. Puedes tener la certeza que vas a recibir savia. No un poco, sino hasta llenarte.
Jesús te dará su savia, para nutrirte, para que compartas su esencia. Tienes que llenarte de él: de sus palabras, de su Santo Espíritu. Cuando te llenes de Cristo vas a dar abundante fruto.
«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.»
Juan 15:4