¡Buenos días! Hoy vamos a tratar un tema delicado: Hablemos de dinero. La gente se ofende fácil cuando le tocan el bolsillo…
Mucha gente vive atrapada en el engaño de las riquezas. Sufre porque nunca puede tener todo el dinero que quiere. Vive comparándose con los demás. No se da cuenta que la plata se va así como llega.
Lo importante es usarla bien: no para hacerse ver sino invertir en las personas que lo necesitan. Digo «invertir» porque cuando damos al pobre, al que no puede devolver el favor, es Dios quien nos paga ¡Y él paga muy bien!
¡Invertir en el Reino de Dios es el mejor negocio, tiene recompensa acá y en el Cielo!