¡Buenos días! Dios es fiel, por eso otra vez salió el sol y todo el universo sigue funcionando. Si fuera por nosotros ya se imaginan: Hace rato se habría extinguido el mundo. Por error, por pereza, por codicia, por tratar de vengarnos de nuestro prójimo, por tantos motivos lo habríamos estropeado todo.
¡Si supiéramos REALMENTE lo que vale una vida…! ¡Si le diéramos a cada persona la importancia que tiene ante los ojos de Dios…! Si recordáramos lo que costó salvar esa alma, que no nos importa herir o condenar ¡porque se lo merece! Entonces no pondríamos en riesgo su corazón, no permitiríamos la posibilidad de que muera espiritualmente y Cristo tuviera que ser crucificado nuevamente.
También yo merecía que me insulten, que me rechacen, que me digan a la cara unas cuantas verdades ¡Pero Jesús no lo hizo! Me miró con compasión y me perdonó. Fue Él quien se puso delante para recibir los golpes y burlas, que YO MERECÍA. Por eso, cuando me fallan, cuando un hermano muestra que todavia necesita seguir siendo purificado, no me dejo envenenar por el rencor ni la venganza. Tengo que cuidar a mi hermano ¡y cuidar mi alma!
¡Ayúdanos, Señor, para no dejarnos envenenar!