«¿Por qué no me sana? ¿Acaso no tiene poder? ¿Ya no me ama?» Eso es lo que preguntamos cuando estamos enfermos.
Yo no solo te muestro mi amor cuando te libro milagrosamente del dolor -Dice tu Padre Celestial- también te muestro mi cariño quedándome a tu lado cuando estás enfermo. Yo mulliré tu cama, te mimaré y te hablaré con dulzura. Aliviaré tu dolor y a través de este proceso, daré descanso a tu espíritu. Renuévate en mí. Mira cuan frágil es tu cuerpo. Yo, el que te sostiene en la salud, te sustentaré en la enfermedad.