El pasaje de hoy nos muestra una escena en el Cielo. Hay un libro que nadie puede abrir. Por eso Juan lloraba. Pero entonces le dicen que el León de la tribu de Judá venció y es digno de abrirlo. Jesús, la Roca Eterna, el León de Judá venció al enemigo de nuestras almas y a la misma muerte.
Jesús tiene toda autoridad. Él es el Rey victorioso, la roca inconmovible, que permanece firme ante cualquier circunstancia. No estemos tristes porque nadie ni nada puede contra él y está de nuestro lado.