Dios es magnífico por su bondad, por su poder y sabiduría, pero… No es lo que muchos buscan. Es que no se puede comprar con una ofrenda o plegaria cuando lo necesitas y luego meter en un cajón hasta que lo vuelvas a precisar.
Dios es una persona y busca una relación contigo. Quiere ayudarte. No solo a salir del apuro. No desea simplemente evitar que te den una paliza, o que te corten la electricidad, o lo que fuera que te preocupa en este momento. Si decides andar con él, va a transformarte en una nueva persona, en una mejor persona, en alguien verdaderamente feliz.
A cambio tienes que entregarle tu corazón. Dejar que Dios sane tus viejas heridas. Aprender a perdonar como él te perdona. Amar a los demás como a ti mismo ¿Eso es demasiado para ti? ¿Prefieres vivir con una pesada piedra en el corazón antes que perdonar? ¿Piensas que disfrutar de la salvación y la sanidad que Jesús nos compró en la cruz no sirven si tienes que aprender a callarte? Entonces, buena suerte. Busca un dios más cómodo, aunque solo sea un pedazo de yeso.