Jacob se apartó de su familia y posesiones, para buscar a Dios. Luchó toda la noche hasta que el ángel lo bendijo. Si hubiera estado cuidando a sus hijos y tesoros no hubiera ganado la pelea.
Si buscas una bendición, no puedes orar lleno de distracciones. «Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.» (Mateo 6:6)