¿De dónde vienen tus palabras?

¿Qué te hizo hablar? ¿Tu orgullo? ¿Impaciencia? Cuida de dónde vienen tus palabras, porque así serán los resultados.

¿De dónde vienen tus palabras?

“¿Quién te ayudó a pronunciar tal discurso? ¿Qué espíritu ha hablado por tu boca?”
Job 26:4 NVI