Nuestro día es mejor cuando lo comenzamos buscando a Dios. No digo orando sino buscando a Dios. Porque la oración unidireccional, en la que solo nosotros hablamos, no sirve. Contémosle nuestras preocupaciones: si estamos enfermos, si no dormimos bien, si hay alguien en nuestra familia que necesita su ayuda. Preguntémosle qué tiene planeado para el día de hoy: si nos necesita para algo, si debemos cambiar nuestra rutina, si hay algún peligro. Luego esperemos su respuesta.
Una forma en que el Señor nos habla es a través de su Palabra. Por eso es importante leer la Biblia cada día. También nos puede hablar a través de alguna alabanza que estemos escuhando. O recordándonos una predicación. A veces símplemente pone una idea en nuestra mente. Para saber si es de Dios, tiene que estar de acuerdo con lo que enseña la Biblia. Si no estamos muy seguros podemos consultar con algún líder de la iglesia.
Otra forma de hacerle oír nuestra voz es cantar. A Dios le gusta nuestra alabanza. Es una manera de preparar nuestro espíritu para recibir su presencia.