Al cielo no entra cualquiera “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.” Apocalipsis 22:14-15

Derecho al árbol de la vida

No sabemos cómo es el árbol de la vida. En la foto se ve una artesanía hecha por los niños en la escuela después de estudiar la obra de arte “El árbol de la vida” de Gustav Klimt. Nuestra imaginación no alcanza a concebir lo que Dios preparó para nosotros en el Cielo: “Esto es lo que las Escrituras dicen: «Ningún mortal ha visto, ni oído, ni imaginado las maravillas que Dios tiene preparadas para los que aman al Señor».” (1 Corintios 2:9 NBV).

Todo será perfecto, asombroso, cuando estemos en la Ciudad Celestial. Pero no podrá entrar cualquiera. Solamente los que hayan limpiado sus ropas espirituales con la sangre de Jesús, al pedirle perdón por sus pecados.

Al cielo no entra cualquiera

“Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.” Apocalipsis 22:14-15